
Este fin de semana ha sido noticia este modesto club que milita en la
League Two. El sábado, mediante a su victoria a domicilio en el campo del Brentford por 0-3 aseguró su presencia en la
League One del próximo curso. La escuadra del oeste de Inglaterra y muy cercana a Gales, solo está a 26 kilómetros, tiene una curiosa historia detrás. Coincidiendo con su ascenso a la
League One, el año pasado se quedaron en el
playoff de ascenso, queremos rescatar una de las historias más bellas acontecidas en el fútbol inglés. Como no, nuestra efeméride se dio en la
FA Cup. El torneo más antiguo del balompié y que cuenta con infinidad de historias que se fraguaron en campos que no ven el sol y que sobreviven gracias al calor de su afición.
El 5 de febrero de 1972 se enfrentaban en el
Edgar Street el
Hereford United de
Southern League (Quinta División) ante el todopoderoso Newcastle de la
Premier League. La magnífica historia que ensalzó a este equipo
amateur se produjo en la archifamosa Tercera Ronda de la
FA Cup, aquella en la que entran en juego los equipos
Premier y aportan un plus de energia para los de categoría inferior que tienen la posibilidad de ponerse frente a tantas estrellas. El Hereford tenía que viajar a
St. James' Park en lo que parecía una empresa fácil para los urracas, pero que fue el primer paso para una de las historias más bellas del fútbol inglés. El partido fue pospuesto en dos ocasiones por la lluvia, pero finalmente pudo disputarse el
24 de enero de 1972.
El
Newcastle, con seis internacionales en sus filas, no consiguió pasar del empate a dos final que daba la posibilidad al Hereford United de disputar el
replay en el
Edgar Street. A los 17 segundos de partido el Hereford tuvo una falta al borde del área del meta Willie McFaul que Brian Owen no dudó en tirar y puso el 0-1 en un
St. James' Park que se quedó mudo nada más empezar. Comenzaba el sueño del Hereford, aunque los
supporters de los urracas no tenían ninguna duda en que poco duraría la ventaja de los
amateurs. Así fue, en 13 minutos el Newcastle remontó el partido gracias a los tantos de
Malcolm MacDonald y John Tudor. MacDonald, conocido como
Supermac, fue internacional inglés en 14 ocasiones haciendo seis tantos. Buena prueba del potencial del Newcastle en esta época. Pero
Supermac (95 goles en 187 partidos con el Newcastle) y los suyos no pudieron evitar el empate del Hereford por parte del jugador-entrenador
Colin Addison tras un disparo de más de 30 metros. El 2-2 campeó al final en el marcador y esto provocaba que se debía ir al
replay en el
Edgar Street. Como curiosidad decir que Addison entrenó en su etapa en España al Celta de Vigo (86-87), Atlético de Madrid (88-89), Cádiz (89-90) y Badajoz (95-96). Al término del encuentro de
St. James' Park, el internacional MacDonald aseguró que no tendría problemas para marcar diez goles al Hereford en el
replay y así batir el record vigente hasta ese momento de anotación en un encuentro.

El
Edgar Street tuvo que ver como se posponía hasta en tres ocasiones la visita del Newcastle a Hereford, pero la hazaña de ver por televisión (emitido por la
BBC) la primera victoria de un equipo
amateur ante un equipo
Premier no se iba a hacer esperar. El ambiente en Hereford era espectacular: el campo lleno y la gente se las arreglaba para subirse en los árboles y las torres de iluminación para poder sumarse a los 16.100 espectadores que abarrotaban el
Edgar Street. El detestado
Supermac era una amenaza constante para la defensa local, pero no cuajó su mejor partido y se chocaba una y otra vez con la defensa del Hereford y no podía batir al meta Fred Potter. Pero a falta de ocho minutos para el final del choque, MacDonald recibió un gran pase del mediocentro Viv Busby y mandó el esférico fuera del alcance del meta dejando al
Edgar Street mudo.
Los 16.100 aficionados que llenaron el modesto estadio no quisieron despertar de su sueño y poco después tendrían su recompensa. Dos minutos antes del o-1, Addison (que jugó todo el partido) decidió hacer el único cambio permitido y sustituyó al defensa Roger Griffiths por el medio Ricky George (posterior héroe de Hereford). Pero antes, Ronnie Radford hizo el empate en el minuto 85 con un disparo de más de 30 metros que se coló por la escuadra derecha del Newcastle, con lo que forzaba la prórroga en un
Edgar Street que era un delirio en favor de sus chicos que estaban poniendo en un aprieto enorme al Newcastle plagado de estrellas. Este gol ha sido considerado como uno de los más bonitos de la historia de la
FA Cup, pero todavía quedaba la guinda del tanto de la victoria.
La mítica jugada de Ricky George (en la foto junto a Griffiths) se produjo en el minuto 103, a falta de dos para el descanso de la prórroga, cuando George recibió un pase de Dudley Tyler desde el perfil derecho. El descansado centrocampista controló de espaldas el balón, se dio la vuelta y con la amenaza de dos defensores cruzó el esférico desde fuera del área con un duro disparo al que el meta McFaul no pudo hacer nada y vio atónito como se colaba por la cepa del poste. En ese momento, todo el público invadió el campo, pero no fue hasta que el colegiado Dennis Turner decretó el pitido final cuando la invasión fue definitiva por parte de los 16.100 espectadores del
Edgar Street.
La andadura del Hereford United sólo se prolongó una ronda más, cayendo ante el
West Ham por 3-1 en el
replay en
Upton Park después de haber empatado en Hereford a cero contra el equipo
Premier. Otra de las curiosidades de esta historia, además de que fue la primera victoria televisada de un
amateur sobre una escuadra
Premier, fue que en principio este choque no iba a ser emitido porque había dos duelos más interesantes de Cuarta Ronda: el
Liverpool-
Leeds y el
Preston North End-
Manchester United, mientras que el Hereford-Newcastle sólo iba a tener un breve resumen de las mejores jugadas. Por casualidades de la vida, el partido fue catalogado como
Match of the Day y la victoria épica del Hereford fue votada como el mejor partido acontecido en la
FA Cup en el siglo XX. Pero
Ricky George, además de lograr este portentoso gol, también fue noticia en 1998 al ser el propietario de
Earth Summit, el caballo que ganó el
Grand National. Sin duda un tipo peculiar y con mucha suerte.